domingo, 18 de noviembre de 2012

New York - Viernes 06/07

A partir de este día ya empezamos a bajar un poco el ritmo. Teníamos cansancio acumulado de los días anteriores y llevábamos bastante bien al planning previsto, así que podíamos relajarnos un poco. La tarde de este día la teníamos reservada para visitar el MoMA, el Museo de Arte Moderno, ya que los viernes por la tarde la entrada es gratuita a partir de las 16h. Teniendo esto en cuenta, desayunamos y dedicamos la mañana al sur de Manhattan y visitamos China Town y Little Italy.

 Tal como salimos del metro en Chinatown, parecía que habíamos cambiado de ciudad, todo lleno de bazares chinos con imitaciones de marcas y chinos por todas partes que nos asaltaban en el camino ofreciendo bolsos, carteras, gafas… todo está escrito en chino, incluyendo el cartel del McDonalds.

Dimos una vuelta viendo las tiendas, pagodas, el parque donde se juntan para jugar a juegos de mesa, la entrada al puente de Manhattan, la estación de bomberos donde se grabó la película de Cazafantasmas…

En general, como curiosidad hay que ver el sitio y es una buena zona para comprar regalos, ya que hay variedad y es más baratos que en otras partes. Pero a mí personalmente no me gustó nada y cuando llevábamos un rato por allí ya quería irme.
 




Sin embargo, Little Italy sí que me gustó mucho, tenía bastante encanto. Ya no queda mucho por ver, pues ha ido perdiendo terreno con el tiempo y ya ha quedado reducida prácticamente a dos calles. Lo que había mayoritariamente eran restaurantes y cafeterías. A mí me apetecía comer por allí, pero aún era temprano, así que dejamos el restaurante italiano pendiente para otro día y nos fuimos en metro hacia una zona más cercana al MoMa.

Bajamos del metro en la parada de los grandes almacenes Bloomingdales. Aprovechamos para dar una vuelta por dentro. Nada del otro mundo, es como un Corte Inglés enorme, pero sin nada de especial. Tampoco compramos nada porque los precios tampoco es que fueran una ganga precisamente y además ya teníamos prevista una tarde para compras en el Century 21 el lunes.

Para comer íbamos a tiro hecho a Jackson Hole, una hamburguesería que recomendaban mucho en los foros y que tiene varios establecimientos por NYC. Teníamos uno a unas 6 calles de donde estábamos y fuimos andando hasta allí. Puedo decir que fue la mejor comida que hicimos allí. El servicio era rápido, el precio más que aceptable y las hamburguesas no pueden compararse a ninguna que hayamos comido hasta ahora. www.jacksonholeburgers.com


Salimos de allí comentando que antes de irnos tendríamos que volver otro día, nos había encantado.

Aún quedaba una hora y media para poder entrar gratis al MoMA y nos fuimos andando tranquilamente en dirección al museo, aprovechando para ver la infinidad de rascacielos y edificios curiosos que hay por todas partes.



Dando este paseo hicimos casualmente uno de los hallazgos del viaje, la tienda de chucherías Dylan´s Candy Bar. Pasamos por la puerta y entramos a curiosear porque habíamos visto a mucha gente con bolsitas de ese sitio. No me gustan mucho los caramelos ni me llaman la atención, pero ese sitio era impresionante, tres plantas llenas de todo lo imaginable. Quién nos iba a decir a que íbamos a gastar 36$ en una tienda de caramelos, pero había un montón de regalos y todos los dulces estaban buenísimos. El resto del viaje siempre llevábamos en el bolso una bolsita de caramelos de allí para cuando nos daba un poco de hambre.


 
 

En la tienda estuvimos casi una hora entre unas cosas y otras, así que cuando salimos ya era hora de irnos directamente para el museo. Entramos desde la Quinta Avenida y ya desde lejos podía verse la enorme cola que había para entrar. Como estaba todo muy bien organizado y nos iban dando las entradas en la misma cola, entramos bastante rápido. Si no hubiera sido gratis lo más seguro es que no hubiésemos ido, no habríamos pagado 25$ cada uno por un tipo de arte que no nos gusta demasiado y que yo particularmente no entiendo. Hicimos un recorrido rápido por las plantas del museo parándonos en cosas que nos atraían (y riéndonos de otras). El edificio en sí me gustó y también tenía obras interesantes de Picasso, Dalí, Van Gogh, Monet… pero en general no nos paramos mucho. Creo que estuvimos un par de horas dentro, además de un ratito que nos sentamos en el hall de entrada para descansar y conectarnos un rato al wifi gratuito del museo.

 
Las Señoritas de Avignon de Picasso:


Vistas del museo:
 
 
Al salir recorrimos parte de la Quinta Avenida viendo las tiendas súper elegantes y con precios astronómicos, como Prada y Armani, donde te abren la puerta porteros enchaquetados que te ofrecen champán. Llegamos hasta la tienda Apple, que es un cubo de cristal desde al que se accede a la tienda en la planta inferior y nos sentamos un rato a descansar (y comer unos caramelos). Queríamos entrar en la juguetería FAO, que es donde está el piano gigante de la película BIG, pero cerraba temprano y ya no pudimos. En cambio en la tienda Apple estuvimos más de una hora. Inicialmente íbamos sin intención de comprar nada y terminamos saliendo con un nuevo iPad. Fue un impulso irrefrenable...

Esta tienda Apple se considera una de las 5 mejores del mundo. No sé cómo serán otras, pero al menos el diseño de ésta lo merece. Durante el proceso de compra del iPad yo me aproveché para estar conectada a internet. Cuando salimos ya era de noche y hora de colver.
Cenamos algo por la zona del hotel y nos quedamos un rato en la recepción para probar el nuevo cacharrito con el wifi.
 

 
 
 
 

 


 

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