sábado, 17 de noviembre de 2012

New York - Martes 3/07

El primer día del viaje siempre es el de más paliza, porque se nos hace siempre tarde haciendo las maletas el día anterior, dormimos poco y nos levantamos muuuy temprano. Esta vez fue a las 4:30am. Viajamos con Tap Portugal hasta Lisboa y de allí a Nueva York (Newark). El vuelo sale de Sevilla a las 8 de la mañana, así que a las 6 ya estábamos en el aeropuerto, facturando casi los primeros. He visto muchas veces el avión de Tap aparcado en pista, pero nunca me había dado cuenta realmente de lo pequeñito que es, sólo 19 plazas con la cabina del piloto a la vista y sin azafata. El despegue y el aterrizaje fueron entretenidos, pero en contra de lo que pensé al principio, el vuelo perfecto. En fin, una experiencia más.



Llegamos a Lisboa a la hora prevista y allí estuvimos esperando en la sala de embarque unas 4 horas hasta la salida del siguiente vuelo, que también tuvimos suerte y salió sin retraso. Tras un par de películas, un poco de lectura y alguna que otra cabezada, en unas 7 horas estábamos por fin en Nueva York, aproximadamente a las 15:30h de allí. Ya habíamos estado viendo diferentes opciones para llegar hasta Manhattan y luego a Queens, que es donde estaba nuestro hotel. Desde el mismo aeropuerto cogimos el air train hasta otra terminal, desde la que salía el tren NJ Transit, que lleva en una media hora hasta Manhattan y cuesta unos 12,5$ por persona. www.njtransit.com

Una vez que salimos por primera vez a la ciudad nos entró la impaciencia por empezar a ver cosas y entre eso y que íbamos cargados con los maletones (que llevábamos medio vacíos por lo que podría pasar), decidimos descartar la opción de llegar en metro hasta el hotel y cogimos un taxi cerca de Penn Station. Mereció la pena, fue un gasto imprevisto pero no desorbitado y nos ahorró tiempo y sobretodo incomodidades.

Foto que hicimos desde el taxi del edificio Chrysler.



Sobre las 18h ya estábamos en la habitación del hotel, cansados pero con ganas de empezar a conocer, así que después de una ducha rápida nos fuimos hacia el metro con destino a Times Square. Para el metro lo mejor es sacar la tarjeta Metrocard, que vale 29$ pero tiene usos ilimitados durante 7 días. Un solo trayecto de metro son 2$, así que económicamente compensa bastante. La tarjeta puede obtenerse en los dispensadores de billetes que hay en todas las estaciones de metro.

Bajamos en una de las paradas de Times Square y nada más salir a la calle nos quedamos alucinando. Aunque es algo que hemos visto en la televisión miles de veces, hay que estar allí para sentirlo: las luces, el tamaño de los edificios, la gente, el ambiente de las calles, esa sensación continua de estar en un lugar conocido…realmente no sabes a qué prestar atención. Desde el primer momento supe que me iba a encantar esa ciudad y tal como empezamos a andar también supe que quizás no nos daría tiempo de hacer todo lo que habíamos planificado.
Ya estaba empezando a anochecer y cada vez había más luces y carteles iluminados. Dimos una vuelta de reconocimiento, viendo tiendas y restaurantes, entradas a teatros, haciendo fotos de todo lo que veíamos. Después volvimos para cenar en el POP Diner al lado del hotel, ya que allí eran casi las 23h de la noche y llevábamos ya casi 26 horas despiertos y había que descansar para empezar fuerte el día siguiente.
 

Aquí una foto de la primera cena del viaje…
 

De vuelta al hotel y venciendo el sueño y el cansancio como pudimos, nos pusimos a sacar la ropa de las maletas para no tener que perder tiempo a la mañana siguiente.

 

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