miércoles, 21 de noviembre de 2012

New York - Martes 10/07


El final del viaje se iba acercando peligrosamente y nos quedaban varias cosas importantes aún por ver, como el Museo de Historia Natural y el Rockefeller Center, que es a lo que dedicamos ese día.  Este museo en realidad lo teníamos previsto para principios del viaje, pero por una cosa u otra lo tuvimos que ir pasando. Se hizo de rogar, pero mereció la pena, ya que fue una de las cosas que más nos han gustado de Nueva York. Entramos por la mañana sobre las 11:30h y salimos cuando lo cerraron  por la tarde. La entrada también cuesta 25$ por persona y tiene la opción de Pay as you wish.
El  museo es impresionante desde que entras al recibidor donde se encuentran las cajas para comprar las entradas, un enorme hall con varios esqueletos de dinosaurios. Tal como entramos era inevitable recordar las películas de “Noche en el Museo”. Incluso estaban los grupitos de niños de los colegios visitando el museo.

Fuimos directamente a la planta superior, que era la de los dinosaurios y allí nos quedamos hasta la hora de comer. La colección de esqueletos que tienen es increíble y están en muy buen estado de conservación. Y no sólo había dinosaurios de varias especies, sino también otros animales prehistóricos como mamuts, dientes de sable, tortugas gigantes…

 
 


Como el museo nos estaba encantando nos quisimos llevar algo de recuerdo y cuando pasamos por una de las tiendas de dentro nos compramos unas camisetas y un peluche de un T-Rex.

 

Después de unas horas viendo dinosaurios, era ya la hora de comer. Dentro del museo hay cafeterías, pero nos pareció mejor idea salir fuera para despejarnos un rato y así no saturarnos. Vimos que a unas 4 calles del museo había otro restaurante Jackson Hole y como nos había gustado tanto la otra vez nos fuimos hasta allí andando por Park Avenue. El sitio no era tan bonito como el de la otra vez, pero las hamburguesas estaban igualmente exquisitas. Una vez más, comimos muy bien y a buen precio.


Volvimos al museo y hasta la hora del cierre a las 17:30h estuvimos viendo las innumerables salas que nos quedaban por ver. Vimos lo que nos pareció más interesante y lo demás un poco a la carrera porque era imposible que diera tiempo de todo. Fuimos buscando también la sala de la ballena gigante, que la mencionaban en todas las guías y la encontramos ya casi al final del recorrido. De este museo podría escribir 5 páginas más, pero lo dejaré aquí para no hacerlo tan extenso. Es de lo que más nos gusto y si volvemos a ir a Nueva York, sin duda que volveremos a entrar y a dedicarle otro día entero a visitarlo.

 
 
Salimos del museo sobre las 17:30h, después de varios anuncios por megafonía en el museo avisando de la hora de cierre. Aún nos quedaban libres unas 3 horas hasta nuestra próxima parada, el Top of the Rock (TOR), la torre del Rockefeller Center. Nos dirigimos a la zona de la 5ª Avenida para estar cerca.  Fuimos a la Catedral de St Patrick, que rodeada de tantos rascacielos parece pequeñita, pero que al entrar vimos que era bastante grande.
 

 
Desde allí fuimos andando hasta el famoso hotel Astoria, aunque finalmente no llegamos a entrar porque estaban haciendo obras en la recepción. Volvimos hasta la zona del TOR y entramos en la tienda Lego, que también la nombraban mucho. Nos decepcionó un poco, supongo que porque habíamos visto el año anterior la de Orlando y ésa era gigantesca. Nos llamó la atención ver cómo la gente compraba bolsas enormes de piezas variadas.


Una vez que salimos de la tienda nos sentamos en la plaza del Rockefeller Center, cerca de donde ponen el árbol de navidad y allí estuvimos esperando hasta la hora de entrar al TOR. Las entradas también las habíamos reservado por internet desde España. www.topoftherocknyc.com

 Cuestan 25$ cada una. Las vistas son similares a las del Empire State aunque a menor altura. Había leído en los foros que era mejor subir por la mañana al Empire y por la noche al TOR y así lo hicimos. La idea era subir antes de la puesta de sol para ver cómo se iba haciendo de noche y se iban iluminando todo. Teníamos las entradas para las 20:20h, ya que habíamos mirado por internet a qué hora se ponía allí el sol para que nos diera tiempo de subir antes.
 
Una vez más, al entrar pasamos directamente con las entradas impresas y sin ningún problema ni apenas esperar cola. Desde que entras puedes notar que ya es más moderno que el Empire State. Cuando subes en el ascensor hay que mirar hacia arriba en el hueco, ya que ponen imágenes rápidas y luces de colores. Cuando se baja del ascensor se accede a un mirador cuya única protección es una mampara de cristal, de manera que allí se pueden hacer fotos del Empire State sin que salga cortado. También estuvimos viendo la parte de Central Park, que también puede verse entero. Una enorme mancha verde en mitad de los edificios.
 
Desde allí accedimos por escaleras mecánicas hasta un nivel superior, que fue donde nos quedamos ya el resto del tiempo. En total estuvimos casi 2 horas arriba, desde que empezó a ponerse el sol hasta que fue completamente de noche. Mereció la pena ver cómo iban cambiando los tonos del cielo y ver la iluminación de los edificios, especialmente del Empire State y de las nuevas torres del World Trade Center. Creo que salieron más de cien fotos de ese rato.



Central Park de noche:


 
Fue uno de los días que más tarde se nos hizo estando por Manhattan. El día había sido largo y muy denso y habíamos estado muchísimo tiempo de pie. De vuelta en el metro dábamos alguna que otra cabezada. Volvimos a cenar en Sushi Island al lado del hotel y a dormir. Ese día no teníamos fuerza ni para conectarnos un rato al wifi de la recepción como hacíamos todas las noches.

 
 
 

 
 
 
 
 

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