A partir de este día ya empezamos a bajar un poco el ritmo. Teníamos cansancio acumulado de los días anteriores y llevábamos bastante bien al planning previsto, así que podíamos relajarnos un poco. La tarde de este día la teníamos reservada para visitar el MoMA, el Museo de Arte Moderno, ya que los viernes por la tarde la entrada es gratuita a partir de las 16h. Teniendo esto en cuenta, desayunamos y dedicamos la mañana al sur de Manhattan y visitamos China Town y Little Italy.
Tal como salimos del metro en Chinatown, parecía que habíamos cambiado de ciudad, todo lleno de bazares chinos con imitaciones de marcas y chinos por todas partes que nos asaltaban en el camino ofreciendo bolsos, carteras, gafas… todo está escrito en chino, incluyendo el cartel del McDonalds.
Dimos una vuelta viendo las tiendas, pagodas, el parque donde se juntan para jugar a juegos de mesa, la entrada al puente de Manhattan, la estación de bomberos donde se grabó la película de Cazafantasmas…
En general, como curiosidad hay que ver el sitio y es una
buena zona para comprar regalos, ya que hay variedad y es más baratos que en
otras partes. Pero a mí personalmente no me gustó nada y cuando llevábamos un
rato por allí ya quería irme.
Sin embargo, Little Italy sí que me gustó mucho, tenía
bastante encanto. Ya no queda mucho por ver, pues ha ido perdiendo terreno con
el tiempo y ya ha quedado reducida prácticamente a dos calles. Lo que había
mayoritariamente eran restaurantes y cafeterías. A mí me apetecía comer por
allí, pero aún era temprano, así que dejamos el restaurante italiano pendiente
para otro día y nos fuimos en metro hacia una zona más cercana al MoMa.
Bajamos del metro en la parada de los grandes almacenes
Bloomingdales. Aprovechamos para dar una vuelta por dentro. Nada del otro
mundo, es como un Corte Inglés enorme, pero sin nada de especial. Tampoco
compramos nada porque los precios tampoco es que fueran una ganga precisamente
y además ya teníamos prevista una tarde para compras en el Century 21 el lunes.
Para comer íbamos a tiro hecho a Jackson Hole, una
hamburguesería que recomendaban mucho en los foros y que tiene varios
establecimientos por NYC. Teníamos uno a unas 6 calles de donde estábamos y
fuimos andando hasta allí. Puedo decir que fue la mejor comida que hicimos allí.
El servicio era rápido, el precio más que aceptable y las hamburguesas no
pueden compararse a ninguna que hayamos comido hasta ahora. www.jacksonholeburgers.com
Salimos de allí comentando que antes de irnos tendríamos que
volver otro día, nos había encantado.
Aún quedaba una hora y media para poder entrar gratis al
MoMA y nos fuimos andando tranquilamente en dirección al museo, aprovechando
para ver la infinidad de rascacielos y edificios curiosos que hay por todas
partes.
Dando este paseo hicimos casualmente uno de los hallazgos
del viaje, la tienda de chucherías Dylan´s Candy Bar. Pasamos por la puerta y
entramos a curiosear porque habíamos visto a mucha gente con bolsitas de ese
sitio. No me gustan mucho los caramelos ni me llaman la atención, pero ese
sitio era impresionante, tres plantas llenas de todo lo imaginable. Quién nos
iba a decir a que íbamos a gastar 36$ en una tienda de caramelos, pero había un
montón de regalos y todos los dulces estaban buenísimos. El resto del viaje
siempre llevábamos en el bolso una bolsita de caramelos de allí para cuando nos
daba un poco de hambre.
En la tienda estuvimos casi una hora entre unas cosas y
otras, así que cuando salimos ya era hora de irnos directamente para el museo. Entramos
desde la Quinta Avenida y ya desde lejos podía verse la enorme cola que había
para entrar. Como estaba todo muy bien organizado y nos iban dando las entradas
en la misma cola, entramos bastante rápido. Si no hubiera sido gratis lo más
seguro es que no hubiésemos ido, no habríamos pagado 25$ cada uno por un tipo
de arte que no nos gusta demasiado y que yo particularmente no entiendo.
Hicimos un recorrido rápido por las plantas del museo parándonos en cosas que
nos atraían (y riéndonos de otras). El edificio en sí me gustó y también tenía
obras interesantes de Picasso, Dalí, Van Gogh, Monet… pero en general no nos
paramos mucho. Creo que estuvimos un par de horas dentro, además de un ratito
que nos sentamos en el hall de entrada para descansar y conectarnos un rato al
wifi gratuito del museo.
Las Señoritas de Avignon de Picasso:
Vistas del museo:
Al
salir recorrimos parte de la Quinta Avenida viendo las tiendas súper elegantes
y con precios astronómicos, como Prada y Armani, donde te abren la puerta
porteros enchaquetados que te ofrecen champán. Llegamos hasta la tienda Apple,
que es un cubo de cristal desde al que se accede a la tienda en la planta
inferior y nos sentamos un rato a descansar (y comer unos caramelos). Queríamos
entrar en la juguetería FAO, que es donde está el piano gigante de la película
BIG, pero cerraba temprano y ya no pudimos. En cambio en la tienda Apple
estuvimos más de una hora. Inicialmente íbamos sin intención de comprar nada y
terminamos saliendo con un nuevo iPad. Fue un impulso irrefrenable...
Esta tienda Apple se considera una de las 5 mejores del mundo. No sé cómo serán otras, pero al menos el diseño de ésta lo merece. Durante el proceso de compra del iPad yo me aproveché para estar conectada a internet. Cuando salimos ya era de noche y hora de colver.
Cenamos algo por la zona del hotel y nos quedamos un rato en la recepción para probar el nuevo cacharrito con el wifi.
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